Características de las llamadas
En cada comparsa desfilan primero el portaestandarte, luego llegan las banderas y detrás un conjunto de artilugios de fantasía compuesto por lunas, estrellas,
medialunas y luces que son portadas por jóvenes enmascarados para alumbrar el paso de la comparsa en la noche.
Estos íconos hacen referencia al islam, la religión que tenía la mayoría de los esclavos africanos antes de ser traídos al Río de la Plata.
Luego viene el cuerpo de baile (mujeres y hombres con trajes vistosos o sensuales) que realizan una danza intensa y apasionada.
Enseguida aparece el gramillero, el hombre más viejo de la comparsa. Representa al brujo o curandero de las tribus africanas, que curaba con yuyos y "gramillas".
Luce barba de algodón, sombreo de copa, levita negra, anteojos, bastón y maletín en su mano emulando al "dotor" del Montevideo colonial.
Va acompañado de la mama vieja que emula al ama de llaves en las residencias del Montevideo colonial.
Imita a su "mercé" en ritmo de candombe, luciendo ropas obsequiadas por ésta. Camina con una sombrilla, un abanico y una canasta, a veces repleta de humeantes pastelitos.
El abanico o la sombrilla eran los elementos con que su amita se cuidaba del cálido sol y el aire marino en los paseos dominicales.
Viste largos trajes y amplias polleras con grandes lunares o pintas.4 Después viene el escobero o escobillero,
que es el encargado de barrer con su escobilla las ondas negativas y la yerba mala que puede tener la calle mientras la recorre anticipándose al cuerpo de baile y a la cuerda de tambores.
Algunos utilizan un bastón en vez de una escobilla y lo adornan con cintas o listones. De su cintura penden dos cueros de los que cuelgan espejitos,
cuentas de colores y cascabeles utilizados como amuletos para alejar a los espíritus malignos
Y justo delante de los tamborileros desfilan las vedettes, incorporación relativamente moderna a este desfile, comenzó en 1948.
La primera vedette en Montevideo fue la actriz y bailarina afro-venezolana, Gloria Pérez Bravo conocida por su nombre artistco: "La Negra Jonhson".
Al siguiente año, 1949, la sigue Martha Gularte en la comparsa "Añoranzas Negras".
En la retaguardia de la comparsa están los tamborileros, que son el pulso del desfile. Y detrás, están los fanáticos de la cuerda o los bailarines espontáneos que se sienten atraídos por la fuerza de cada comparsa
El gramillero, personaje de las comprasas montevideanas.
De acuerdo a la reglamentación oficial, cada comparsa que participa del desfile de llamadas debe contar con:
Treinta y seis tamborileros, debiendo tener los conjuntos un mínimo de 12 chicos, 12 repiques y 12 pianos, pudiendo acoplar la cuerda de tambores la utilización del denominado tambor “bombo”.
Una vedette
Cuatro portabanderas
Una medialuna
Dos estrellas
Dos escoberos
Un portaestandarte
Dos gramilleros
Dos mamas viejas
Quince personas de cuerpo de baile
El conjunto puede tener como máximo 150 integrantes
La vestimenta de los integrantes de la cuerda de tambores consiste en alpargatas o calzado similar, asemejándose a las sandalias utilizadas por los esclavos.
También se utilizan medias largas de color negro que imitan la piel de los morenos, con unas cintas blancas que se cruzan alrededor de las pantorillas simbolizando los latigazos a los que eran sometidos.
Como pantalón se utiliza una especie de bombacha ancha y en la parte superior el "dominó", que es una especie de chaqueta suelta con colores muy vivos.
El dominó es un remedo de las chaquetas de los soldados españoles de la época de la colonización y en él hoy se manifiestan los colores de la comparsa.
El tambor se cuelga del "talí" o "tahalí" que también copia el cinturón donde los soldados colgaban su espada.
El paso corto y cadencioso del integrante de la cuerda de tambores se inspira en aquellos esclavos que, encadenados y con grilletes en los tobillos, apenas podían caminar.
(links de las imagenes https://www.cuandoson.com/wp-content/uploads/2013/05/mama-vieja-y-gramillero.jpg)