Historia de la Música Afro-Uruguaya
A partir de 1750 llegan a la ciudad de Montevideo, “plaza fuerte y puerto de mar”, en aquel
entonces, numerosos africanos traídos como esclavos en los barcos españoles para sustituir a los
indios tapes que en estas tierras habían sido sometidos a igual condición. Este grupo humano tenía
diversa procedencia por ser originarios de distintas regiones de África y habían sido desvinculados
de sus grupos sociales y familiares.
Sin embargo su memoria étnica, los valores de libertad y nobleza impregnados en su espíritu
permanecieron sobreponiéndose a todas las inclemencias sociales y territoriales, proyectándose en
su participación en los procesos de independencia desde la época artiguista y en la gestación de una
importante manifestación artístico cultural que actualmente representa al patrimonio uruguayo.
La música afro uruguaya, en su inicio afro montevideana, tuvo tres etapas, según estudios del
musicólogo Lauro Ayestarán:
1) Secreta, constituida por la danza ritual africana, el culto a sus dioses y a sus espíritus
ancestrales, y que desaparece con la muerte del último esclavo africano, ya que no es
conservada por sus descendientes. Según Lauro Ayestarán, basándose en crónicas de época,
estas ceremonias eran acompañadas por el ritmo de un gran tambor llamado Macú.
2) Corresponde a la inclusión de grupos de instrumentistas y danzantes afro en las procesiones
religiosas del culto católico de origen europeo y a las danzas “calenda”, “bámbula”, “chica”
que darán lugar al surgimiento del candombe, a los festejos de Navidad, el Día de reyes, en
honor a San Baltasar y a San Benito, patronos de la colectividad de afro descendientes.
3) Vinculada a la formación de las “Sociedades de negros” y a las “comparsas” que
participaban en los festejos del carnaval a partir de 1870.
“Del Montevideo del siglo XIX han llegado las crónicas de la fiesta ceremonial de los 6 de
enero como la coronación de los reyes del Congo. Nos señala José P. Barrán que desde el
período colonial, los negros vinculando sus tradiciones africanas con el nuevo culto de los
blancos, festejaban con sus candombes la Epifanía, el seis de enero, en que todo el mundo iba a
visitar las salas donde los reyes negros presidían…los bailes que llamaban candombes.
Seguramente habían además fiestas diferenciadas según la nación, en que los cronistas no
supieron diferenciar, así como no supieron distinguir entre tipos de tambor y otros instrumentos
musicales, ni entre un traje y otro, o entre distintivos-banderas, estandartes, colores
emblemáticos, y, mucho menos aún, entre cantos, toques y danzas.”1
Desde el siglo XIX se agruparon en “naciones”, es decir asociaciones que reconocían un mismo
origen étnico o región africana de procedencia. Cada nación tenía una “sala” o sitio de reunión,
financiado con la contribución monetaria de cada uno de sus componentes. En cada nación se
realizaba anualmente la ceremonia de “Coronación de los reyes Congo”, un rey y una reina que
ejercían su autoridad sobre el grupo y que de alguna manera recordaba a los soberanos de sus
grupos africanos. En estos festejos tenía lugar el candombe, danza colectiva de hombres y
mujeres que no se reconocían como pareja y cuyos contorneantes movimientos estaban regidos
por el ritmo de tambores.
Instrumentos musicales afro uruguayos
En su primera época las diferentes danzas de africanos y afro descendientes que tenían lugar en las
salas de naciones o en las denominadas “canchas”, espacios abiertos en la zona del Cubo del sur,
Incluían además de cuatro registros de tambores (chico, repique, piano y bombo), un variado
instrumental de idiófonos, hoy desaparecido:
Mate o porongo: especie de maraca recubierta con una red de hilos con conchillas enhebradas y
cuyo sonido se producía por sacudimiento.
Mazacalla: maraca construida con dos conos de hojalata unidos por sus bases, con piedras
pequeñas en su interior y un mango de madera que permite su sacudimiento.
Marimba: xilófono que consta de una serie de placas de madera de diferente longitud, cada una con
su correspondiente resonador de calabaza y que se percute con dos macillos.
Tacuara: caña de 60 a 70 cm de largo que se apoyaba horizontalmente sobre dos horquetas y se
percutía con un palillo.
Huesera: canillas de animales atadas en sus extremos ordenadas en forma paralela, formando una
especie de escalera, que se frotaban con otro hueso.
Claves: dos trozos de madera que se entrechocan.
Según el músico e investigador uruguayo Rubén Carámbula, en la música afro rioplatense se
utilizaron otros dos instrumentos: la quijada y el sanza o quisanche, ambos presentes en la música
afro de otras regiones latinoamericanas. La Quijada, es el maxilar inferior de un animal (burro u
oveja, en general), con los dientes flojos que se frotaban con un palo.
Por su parte, el Sanza o Quisanche, denominado Kalimba en otras regiones de Latinoamérica,
consta de una placa de madera sobre la que se dispusieron una serie de laminillas metálicas de
diferente longitud sujetas por un extremo y libres por el otro, donde se pulsan con los pulgares.
Sin embargo en la música afro uruguaya que llega a nuestros días sólo se reconocen tres
tambores asociados al candombe: el chico, el repique y el piano.